Momentos de angustia vivieron moradores y vecinos de una residencia en el corregimiento de Monagrillo, distrito de Chitré en la provincia de Herrera, cuando se percataron de que había una intrusa dentro de la vivienda.
Descubrieron que la riesgosa visita era una enorme víbora que se deslizaba entre el techo y el cielo raso, por lo que se apresuraron a llamar a la Policía del área.
Unidades policiales acudieron al llamado de la ciudadanía y efectivamente ubicaron a la serpiente entre el techo y el cielo raso de la residencia.
La víbora, con la capacidad de crear histeria colectiva, fue capturada para tranquilidad de los moradores del área y luego fue liberada en su hábitat.
Lo más indicado ante una situación similar es no exponerse y llamar a las autoridades, a la Policía Nacional o al Cuerpo de Bomberos de Panamá, que tienen personal especializado.
Según los entendidos, en Panamá existen 150 especies de serpientes, de las cuales solo 31 de ellas son venenosas y pueden ser mortales, como la Elapidae (coral), Hidropidae (serpientes marinas), Viperidae (bothrops - equis (x) y Crotalidae (reptiles venenosos).
Los rasgos más sobresalientes para distinguir a una serpiente venenosa son: la cabeza es chata triangular, cuello delgado, cuerpo robusto, cola afinada bruscamente y corta, y las escamas son alargadas. Su hábito es enrollarse una vez muerden y tomar actitud de ataque.
De sufrir una mordedura de serpiente, este reptil debe ser capturado para posteriormente identificarlo y poder aplicarle al paciente lo antes posible el tratamiento indicado. Según los conocedores, “la capturarla será fácil, pues las serpientes venenosas no huyen, se movilizan lentamente, manteniéndose en las proximidades del local del accidente”.
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