Los presidentes no escriben sus discursos, como explica el libro “Fantasmas de palacio: escritores de discursos presidenciales en América Latina”, una recopilación de la experiencia de las personas de cuyo puño y letra surgieron las palabras de siete exmandatarios latinoamericanos, entre ellos el uruguayo José Mujica y el presidente electo de Brasil, Lula da Silva.
“Son fantasmas que escriben para otros, en este caso para presidentes, nada más y nada menos”, dijo el periodista de CNN Radio e Infobae, Fernando González, en la presentación del libro que tuvo lugar este lunes en la Casa América de Madrid.
González valoró el trabajo de estos autores desconocidos que acompañaron en el día a día los expresidentes Vicente Fox (México), José Mujica (Uruguay), Michelle Bachelet (Chile), Juan Manuel Santos (Colombia), Rafael Correa (Ecuador), Mauricio Macri (Argentina) e Inázio Lula da Silva (Brasil).
El libro coeditado por la escritora de discursos de Bachelet, la chilena Daniela Musicco, y el argentino, doctor en Ciencias Políticas, Gonzalo Sarasqueta, quiere arrojar luz a ese trabajo oculto tomando de ejemplo discursos de presidentes de muy diferentes ideologías.
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“El primer desafío del libro fue rastrear a los escritores, fue la etapa más larga”, explicó Sarasqueta, quien disculpó a Musicco, que no pudo participar en el acto por cuestiones de salud.
Sarasqueta aludió a la necesidad de que existan estos escritores de discursos ya que “hay presidentes que dan entre 15 y 20 discursos al día y no saben de todo”.
En esa línea, criticó que ese empleo “no esté institucionalizado” y que por ello no haya formaciones dirigidas a generar trabajadores, sino que los escritores sean profesionales reciclados de otras profesiones.
“Vemos por ejemplo en Brasil y Chile que se nota que siguen siendo unidades institucionales con otro nombre, como asesores de Gobierno, pero no es una oficina de discursos”, lamentó.
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LA CIUDADANÍA SABE QUE EL PRESIDENTE NO ESCRIBE LOS DISCURSOS
El argentino asumió que “la ciudadanía ya sabe que el presidente no es el que escribe sus discursos” y que el libro “viene humildemente a saldar la deuda” de sacar a los redactores de la oscuridad.
“El libro quiere sincerar una profesión que está hace décadas”, añadió Sarasqueta, que contó varias de las curiosidades y anécdotas que pueden leerse en los diferentes capítulos, escritos cada uno por los redactores de los discursos de los mandatarios.
El editor estimó que un escritor de discursos “sí o sí tiene que escribir bien y rápido y si no, no sirve” y, a su vez, “tiene que tratar con la realidad como materia prima” y mantener “un vínculo estable, frecuente, directa y de confianza” con el presidente para lograr buenos textos.
“No solo se trata de ordenar el discurso, sino de agregar algo al discurso, hablar con el experto, agarrar lo que sabe y trasladarlo a algo que pueda comprender el ciudadano”, consideró.
Fernando González añadió que el libro “es fascinante” para aquellos a los que les “gusta la política, la literatura y el origen intelectual de los discursos presidenciales”.
“Tener historias de los distintos países de América Latina contadas a través de quienes tuvieron el desafío de construir los relatos presidenciales y a quienes nadie conoce, este libro ayuda a conocerlos, descubrirlos y entender las realidades complejas de los presidentes”, subrayó.
Por su lado, Luis Prados, director de programación de Casa de América, opinó que la obra versa sobre “un trabajo fundamental en la vida de los políticos y de las naciones”.
“Todos recordamos discursos que han marcado momentos históricos, que han dejado huella en la vida y la historia de un país e incluso en la historia universal”, analizó.