En un mundo donde el reloj biológico y la presión social siguen marcando la pauta, cada vez más personas están entendiendo que la clave no es tener hijos jóvenes, sino con la persona correcta. Porque, seamos honestos, ¿de qué vale cumplir la “meta” de ser mamá o papá antes de los 30 si vas a terminar criando con alguien que no está listo o que no comparte tu visión de vida?
La edad no es lo más importante, la estabilidad sí
Durante años, se ha vendido la idea de que después de los 30 la fertilidad se desploma y tener hijos se vuelve casi imposible. Pero la realidad es que la estabilidad emocional, económica y mental pesan más que el número en la cédula. Tener un hijo es un compromiso de por vida, y elegir bien a la pareja con la que lo traerás al mundo puede hacer la diferencia entre una crianza armoniosa o un caos total.
¿Qué es peor: un hijo tarde o con la persona equivocada?
Muchas personas han aprendido a la mala que un mal compañero de vida se convierte en un mal compañero de crianza. Los problemas de pareja, la falta de apoyo y la incompatibilidad pueden convertir la experiencia de ser padres en una batalla diaria en lugar de una bendición.
Por eso, más que correr contra el tiempo, lo importante es encontrar a alguien con quien puedas construir un hogar estable, lleno de amor y respeto, sin importar si eso sucede antes o después de los 30.
¿Tienes presión social? Respira y piensa a largo plazo
Es normal que familiares y amigos pregunten: “¿Y los hijos para cuándo?” Pero lo realmente importante es cuestionarse: ¿Estoy con la persona correcta para formar una familia? Un hijo no es una carrera contra el tiempo, sino una decisión que marcará el resto de tu vida.
Así que, en lugar de obsesionarte con los 30, prioriza elegir a la persona correcta. Porque un hijo con la pareja equivocada puede traer más preocupaciones que alegrías.