A raíz de lo rutinario que se han vuelto los trágicos casos de niños “olvidados” dentro de autos bajo temperaturas extremas en diferentes países, surge el debate sobre cómo esto sucede y si ello representa un crimen.
La ciencia ha tratado de explicar las razones que los padres o familiares alegan para justificar un olvido que ellos mismos no se pueden perdonar.
A continuación te explicamos la forma en que funcionaría el cerebro para que derive en una situación trágica como esta. Sin embargo acotamos que los científicos no han podido determinar que hay un perfil psicológico que haga más proclives a algunas personas a cometer esta distracción que algunas veces es mortal y que son las autoridades quienes determinan basados en este y otro tipo de evidencia si se presentan cargos.
“Si eres capaz de olvidar tu teléfono celular, eres potencialmente capaz de olvidarte de tu hijo”, dice David Diamond, profesor de Fisiología Molecular de la Universidad del Sur de Florida en Tampa, Estados Unidos.
Sé que no hay comparación, pero Diamond ha investigado por años el tema. De acuerdo con el especialista, el síndrome del bebé olvidado ocurre cuando los padres se enfocan en tareas futuras en lugar del momento. Están atareados por lo que deben hacer, se abstraen en cómo cumplir con sus pendientes y no reparan en el presente, lo que resulta muy peligroso para un bebé dormido y tranquilo.
El cambio de rutina y la multitarea suelen ser causas que hacen más frecuente el descuido. Los padres que normalmente no llevan a la guardería a su hijo, es probable que al subir al auto estén en “automático” y sigan con su rutina habitual.
Hacer una tarea sin pensar se llama memoria motriz y es una acción que el cerebro realiza para liberar espacio y pensar en las tareas futuras. No hay un perfil de padres que olvidan a su hijo en el automóvil, le puede pasar a cualquiera sin importar raza, género, niveles de ingresos, educación o personalidad.
En un estudio, Diamond, identificó las circunstancias que pueden conducir a este olvido:
El conductor pierde consciencia de la presencia del niño.
El conductor muestra una falla en el sistema de memoria prospectiva en el cerebro.
Intervienen eventos estresantes y distractores durante el trayecto.
Existen cambios en la rutina y el cerebro actúa en automático.
El conductor está bajo estrés o cansancio excesivo.
El conductor está haciendo varias cosas a la vez.
Tras cruzar estudios neurológicos, cognitivos y de comportamiento, David Diamond concluye: No es un problema de negligencia, sino de memoria. La respuesta más común es que solamente padres negligentes o malos olvidan a sus hijos en el auto pero no es así. Es una cuestión de circunstancias. Podría pasarle a cualquiera”, dice.
El mismo Diamond aclara que esto es importante en términos de entender si este deterioro de la memoria que se traduce en la muerte de un niño debe ser considerado como un acto consciente, voluntario y deliberado para justificar que se levanten cargos criminales a los padres.
Olvidar a un hijo encerrado en el coche es algo que ningún padre desearía vivir jamás. Pero somos humanos, y como tales, debemos tomar medidas para prevenir que más tragedias como éstas sigan ocurriendo.
Qué podemos hacer para evitarlo
Ahora que sabemos y entendemos que existe la posibilidad de que nos suceda a todos, no quiere decir que debamos alarmarnos y asumir que nos sucederá. Lo que debemos hacer es prepararnos para hacer todo lo posible para evitar algo así nos pase.
Si tu hijo va a una guardería o lo dejas con una niñera, acuerden llamarse cuando suceda algo diferente a la rutina usual: si tu hijo no asistirá ese día o llegará tarde, llama. Si el niño no llega a la hora usual, ellos deberán llamarte.
Cuando haya un cambio de rutina, organízate con tu pareja y ambos pongan recordatorios en su celular para llamar al otro minutos después de la hora de entrada del niño a la guardería.
Apóyate en recordatorios visuales: un peluche de tu hijo, la mochila con sus cosas, un zapatito o algo que puedas colocar en el asiento del copiloto y que funcione como señal para recordártelo.
Utiliza dispositivos y aplicaciones en tu celular que te ayuden a recordar revisar el asiento trasero o te avisen si tu hijo sigue ahí.
Coloca en el asiento trasero algo que siempre lleves contigo cuando vas a tu trabajo y te obligue a revisar la parte de atrás: la cartera, un maletín, tu lonchera. Esto puedes hacerlo aún si no sueles llevar a tu hijo, y te ayudará a que la memoria semántica se acostumbre a revisar siempre el asiento de atrás del carro.