Hasta ahora, la evidencia basada en datos científicos no había logrado identificar con precisión qué factores ejercían una influencia decisiva en la orientación e identidad sexuales; si, por ejemplo, había un gen específico que provocara que una persona expresara su esencia a través de su orientación sexual, o si su origen se encontraba en el estilo de crianza recibido, como el de una figura materna fuerte y dominadora. En realidad, existían múltiples hipótesis con las que se ha buscado explicar la orientación sexual.
Pero así como existe una diversidad de genotipos y fenotipos, encargados de las características físicas de un cuerpo, un estudio científico reciente acaba de comprobar que también existe una diversidad de genes que influyen en la sexualidad de las personas, así lo reseña La Patilla.
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Esta investigación ha demostrado que tanto la orientación como la identidad sexual (así como la de género) son producto de múltiples factores que influyen en su expresión. Entre ellos se encuentran componentes biopsicosociales, múltiples regiones del genoma, experiencias de vida, circunstancias culturales, etcétera.
El estudio que confirmó la base científica de la diversidad sexual
La investigación fue realizada por un equipo multidisciplinario adscrito al Broad Institute, una institución académica creada conjuntamente por el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard; la investigación estuvo dirigida por Benjamin Neale.
Asimismo, este es el primer estudio en la historia a gran escala en donde se analizó medio millón de perfiles de ADN para saber si existía o no un “gen gay” que explicara la homosexualidad humana como orientación sexual.
En la investigación se analizaron los datos genéticos de 408 mil hombres y mujeres presentes en una base de datos inglesa llamada U.K. Biobank (Biobanco del Reino Unido), formada a partir de un cuestionario exhaustivo con preguntas sobre el estado de salud de una persona, sus hábitos y sus conductas; el cuestionario fue aplicado de 2006 a 2010, cuando los participantes tenían entre 40 y 69 años de edad.
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Por otro lado, los investigadores del Broad Institute usaron como segunda fuente datos de casi 70 mil usuarios del servicio de pruebas genéticas 23andMe, con un promedio de 51 años, estadounidenses la mayor parte de ellos, que habían respondido a una encuesta sobre orientación sexual.
Tomando en cuenta los casos de personas que manifestaron haber tenido uno o más encuentros sexuales con otra persona de su mismo sexo, los científicos examinaron minuciosamente la información disponible en busca de tendencias, similitudes, correlaciones u otros indicios que pudieran sugerir una conexión entre la genética y la orientación sexual.
Sin embargo, la investigación concluyó que “es de hecho imposible predecir la orientación sexual de una persona en función de su genoma”, aunque al mismo tiempo es claro que ésta tiene un componente genético en donde influyen una gran cantidad de genes.
Para Neale, el genoma es un factor importante en la determinación de la orientación sexual, pero por sí solo no tiene fuerza suficiente para expresarse. De hecho, las conclusiones del análisis realizado sugieren más bien que el entorno en que una persona crece y se desarrolla es un factor esencial en la construcción de la identidad sexual y por ende de la orientación. Los genes quizá crean predisposiciones, pero es el entorno el que tiene un rol determinante.
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Los genes de la orientación sexual
De acuerdo con el estudio, existen cinco posiciones precisas en los cromosomas llamados “locus” que se han relacionado con la determinación de la orientación sexual.
Estos genes (curiosamente, relacionados también con la pérdida de cabello) sugieren una regulación de las hormonas sexuales. Asimismo, se encontró una coincidencia menor de su presencia en personas que manifestaron haber tenido uno o más encuentros sexuales con una persona de su mismo sexo, pero de apenas 1%, por lo cual es muy difícil considerarla conclusiva.
En palabras de otro investigador del estudio, Fah Sathirapongsasuti, la homosexualidad “es un comportamiento complejo donde la genética juega un papel, pero probablemente de forma minoritaria. El efecto del ambiente existe, pero no podemos medirlo exactamente”.
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La diversidad sexual es propia del ser humano
Si bien los autores son conscientes de que publicar un artículo con evidencia científica podría desatar una polémica, su objetivo ha sido confirmar que la diversidad en la orientación sexual (LGBTTTIQA+) “es una parte natural de la vida humana”.