El Covid-19 llegó para quitarme cosas como un abrazo, un pellizco, una mirada real o un beso, esas cosas ahora tomaron la importancia que se merecen.
Pensé que era un resfriado normal y me recetaron antibióticos y vitamina C, pero al pasar los días la fiebre no se iba y entonces salí positiva y allí dejé de sentir miedo, era real.
Soy afortunada porque la pasé bien, nunca perdí el apetito o el buen humor, pero hubo un síntoma horrible que me dejó casi sin poder respirar y que fue en su conjunto la discriminación, el acoso, la falta de empatía y el morbo.
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No quiero hacer una fiesta de esto, pero estamos haciendo algunas cosas mal. Las personas que se enferman no hicieron algo malo para estar así, dejemos de buscar culpables.
Recibí mucho apoyo y buenos deseos, pero también sentí cómo personas lo único que les interesaba era el morbo de si podía morir o necesidad de detalles innecesarios.
Por suerte conté con comida y medicamentos y personas de buen corazón que se ofrecieron a ayudarme sin importar ser ellos también contagiados. Creo que el miedo al virus está sacando lo más real de cada uno de nosotros.
Una persona, sin mi autorización, divulgó que yo estaba mal y llegué a escuchar cosas como: “Los infectados deberían de cerrar sus puertas y ventanas, ni al patio deben ir, ellos se lo buscaron”.
Disculpen si sueno molesta y dolida, pero lo estoy, pero me llevo muchos aprendizajes: somos salvajes, hipócritas, en la enfermedad los que te quieren los podrás distinguir fácilmente, hay que vivir un día a la vez, somos diminutos y frágiles y que las personas que menos creías son mejores seres humanos que otras.
Dejemos de juzgar, y me incluyo, seamos solidarios, prudentes al preguntar, cuidemos a los adultos mayores y a los más vulnerables, hagamos las cosas de corazón y autoanalicemos nuestras actitudes en estos momentos, que son las que mejor nos describen, y cambiemos.
Cerramos telones
Como periodista de espectáculos, presencié cómo se cancelaban conciertos y actividades que ahora solo existen de manera digital. Nosotros tuvimos que ponerle pausa a El Sofá, el programa de farándula de Mi Diario, pero estoy segura de que nada dura para siempre y que nos volveremos a ver, nos volveremos a abrazar y a valorar la vida como nunca.
Consejos
-Si un conocido da positivo llámelo, pero también céntrese en lo que él necesite.
-No divulgue información sin autorización.
-Respete la fe de los demás, mantenga la calma y sea positivo.