La reproducción asistida está entre las estrategias que eventualmente podrían incorporar científicos del Smithsonian y de otras instituciones para salvar a las ranas de Panamá.
En el laboratorio se está avanzando sobre la crioconservación de tejidos y esperma de las ranas panameñas, un proceso de preservación a temperaturas muy bajas para su uso en el futuro
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La pérdida de sus hábitats, la contaminación ambiental y el cambio climático, causados por los humanos, tienen a más del 30% de las especies en riesgo. Además, está la severa amenaza del hongo quítrido, responsable de una enfermedad letal que aún no se sabe mitigar.
Panamá cuenta con el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC) en Gamboa, que administra el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI).
Los estudios realizados han demostrado que las ranas enfermas traídas de la naturaleza permitieron mejorar los protocolos para la detección y el tratamiento de la enfermedad producida por el hongo. También, se descubrió que las ranas toleran mejor la infección en condiciones cálidas y secas, que en climas templados.
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Mediante la reproducción en cautiverio y la creación de poblaciones estables, se minimiza el riesgo de extinción de las especies en peligro y se crean oportunidades para realizar investigaciones sobre las amenazas que enfrentan estos anfibios.
Cuando las poblaciones superan la capacidad del centro de conservación de anfibios, los científicos las pueden aprovechar para hacer experimentos diversos.
Uno de los objetivos principales del PARC es la eventual reintroducción de las especies amenazadas en su hábitat natural y el restablecimiento de poblaciones silvestres en el país. Con ello en mente, los científicos han creado mapas que identifican las regiones más apropiadas para la supervivencia de las ranas.
Aunque difícil de hacer, el monitoreo después de la liberación de las ranas permite a los científicos conocer qué otras amenazas enfrentan en la naturaleza, en qué etapa del desarrollo es más conveniente liberarlas para su supervivencia, o si logran recuperar la toxicidad natural que pierden en cautiverio.