Come cuento de la peatonal de La Central: Desde hace ya mucho tiempo, se acabaron los Carnavales en La Central. Ese tramo que comienza donde termina la Vía España, conocido antiguamente como La Lechería. Hoy los puntos de referencia son el Hotel Vía España y no tan exacto, más referencial Hosanna, y que generalmente se pensaba que terminaba en Calle 12 Santa Ana.
Se seccionó de la misma la parte desde la Plaza 5 de mayo hasta el inicio de Calle 12, para que fuese una peatonal. Si, es peatonal, pero la misma se ha convertido en un mercado persa.
Vemos a personas preparando comidas al aire libre, en un lugar lleno de polvo y donde pululan las palomas. Salones de belleza improvisados y toldas de buhoneros que dejan mucho que desear a la belleza y posible remozamiento del lugar. Me opongo rotundamente a kioscos, prefiero un remozamiento y que sea atractivo para los visitantes, además de potenciar las ventas de los comercios que por años han esto ahí.
Come cuento del TPC con los gringos: Tantos bombos y platillos con ese tratado. Empezaron los bochinchosos de las redes sociales a decir que íbamos a tener productos baratos y ponían como ejemplo el pollo.
Que tendríamos pollo barato porque los gringos solo comen pechuga!!! Que para acá nos mandarían las patas, los muslos, los encuentros y las alas. Oye m’ijo, si esa gente come más Buffalo wings que nosotros, pensaba yo en ese momento. También recuerdo que para ese tempo, estuve varias veces en el país de los fulos y fui a varios supermercados populares y la comida no era tan cara como acá.
En ese momento, me dije, los importadores e intermediarios se van a hacer multimillonarios con esta vaina. No me equivoqué. El comprador final que compra una latita de leche, una latita de pasta de tomate y una libra de arroz, no ha visto tal beneficio.
Ha visto un aumento de precios y/o menos producto por el mismo precio, que para efectos prácticos es lo mismo. Amén de que un paquete de galletas de sandwich de las más populares, ahora son más chicas, más caras y cada tapa está llena de huecos, dizque diseño moderno, que se ve a leguas, que se están ahorrando hasta un 15-20% de masa para hacer esas galletas.
Nos comimos el cuento de las bolsas plásticas: Más allá de los beneficios al planeta con la reducción del uso de bolsas plásticas, tenemos el trasfondo de la aprobación de una ley sin la educación debida de la misma. Los comercios, se han ahorrado mucho en costos operativos y eso no ha redundado en nada ofertas para el comprador. La venta de bolsas se ha convertido en un negocio en supermercados y otros.
La ley dice que Acodeco fiscalizaría que la venta de las bolsas reutilizables para que esta fuera al costo. ¿Quién fiscalizó que al inicio pagáramos bolsa con logos de los supermercados?. Tras que pago la bolsa, tengo que hacer publicidad ambulante con la bolsa. ¿Por qué los comercios no regalaron inicialmente las bolsas si se iban a ahorrar ese costo de operación para toda la vida? No estoy en contra de la ley, estoy en contra de que las cargas y gastos los tenga que asumir siempre el consumidor final. Sobre todo en este caso.
Consideraciones del autor
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.