En mi escrito anterior, toque un tema muy sensitivo para muchos de nosotros. Las vicisitudes que pasan las personas que han tenido o tienen situaciones con cualquier afectación relacionada al cáncer. Mis amigos y algunos lectores, me pidieron que no olvidara las acciones de la ATTT de boletear a las personas que no encuentran lugar para estacionar al buscar los servicios del ION.
Sin embargo, hay una realidad. Las estructuras de salud, de este país rico, no están al servicio de las situaciones de los panameños. La deontología, en general, además de las cosas propias de ciertas profesiones, también coloca la ética en un lugar preponderante. Aunque deja muchas cosas a la conciencia de cada uno, sobre lo que realmente es el bien común y equidad.
Estoy consciente, que el dolor personal no tiene comparación. El camino de la esperanza, y muchas veces de la desesperanza, se manifiesta en muchas formas. Recuerdo cuando era niño, de lo primero que supe del cáncer. Allá, al inicio de los años 70. La señora Gloria, hermana de una conocida de mi madre, le dio cáncer de seno. Aunque ella no dejó de sonreír ante la enfermedad, vimos su deterioro. La caída del cabello, la mutilación de sus mamas y el cambio en su apariencia física. Bueno, eran los años 70.
Hemos visto a familiares, amigos conocidos y hasta desconocidos, aquejados por el cáncer. Independientemente de la opinión de algunos, no entiendo, y nunca entenderé, cómo en este país no hay infraestructuras de primera para aquellas enfermedades que deterioran a toda una familia entera. Solo basta que uno de la familia sea afectado.
Como dije en el escrito anterior, cruzamos los dedos para que no nos pase a nosotros, pero el random de esa enfermedad, que nadie sabe su génesis, más allá de una explicación científica de la genética. Bueno, hace un año y un mes, ese azar referido, decidió que le tocara a una de mis nietas. Desde ahí, empezó nuestro via crusis. Cambiando nuestras vidas, y sobre todo la de mi hijo y su esposa. Fueron momentos difíciles para todos. Ese dolor, inexplicable, que me sacó lágrimas cada mañana en la soledad del asiento de mi auto. La familia se convirtió en un solo haz de voluntades. Todos nuestros recursos se unieron. Hicimos una sola estructura de soporte para aguantar este sufrimiento. Hasta el punto que mis otros hijos se ofrecieron para ser donantes, de ser necesario. Bueno, en la madrugada del sábado 16 de septiembre de 2023, mi nieta se me fue. En ese momento el cáncer me mató. Me mató la esperanza de ver a mi nieta crecer. Me mató el cambió que hubo en mí, cuando comenzaron a nacer mis nietos. Mis nietos me han quebrado con sus sonrisas y con ese afecto sincero y puro.
Escribo mucho. Mis amigos muchas veces me han pedido permiso para utilizar mis pensamientos, versos y poemas para tarjetas y hasta reflexiones. Hace mucho tiempo, escribí un pensamiento, que he usado muchas veces, y que quiero compartir con ustedes:
“Señor. Tú eres grande. Todos sabemos tus bondades y misericordia. Tu voluntad suprema es suficiente para mí. Dentro de tus designios hay sufrimiento, pero muchas veces no entendemos la razón. No soy quién para cuestionar eso, solo te pido que dentro de esa ignorancia nuestra, minimices el sufrimiento de aquellos que amamos y están a la puerta de tu reino. Amén.”
Consideraciones del autor
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.