La doctora Eyra Ruiz no es ministra titular, pero parece y, lo peor, hasta ahora puede hacer lo que le da la gana en la gestión pública porque es miembro del PRD y forma parte del CEN del partido gobernante.
Ella es solo una demostración de que en Panamá sobran los intocables.
La funcionaria ha hecho lo que ha querido en la gestión de Nito Cortizo, desde asistir a un sepelio de una copartidaria asesinada por sicarios en plena cuarentena hasta autorizar vacunas para los diputados, lo que fue catalogado como clandestino por el propio mandatario y su jefe, el ministro de Salud, ni siquiera fue informado.
La doctora Ruiz representa todo lo que no debe ser un gobierno que enfrenta la pandemia de la covid-19, porque el mensaje es opuesto y contradictorio cuando se les pide a los ciudadanos y empresarios cumplir con la ley, pero ellos hacen lo que les da la gana y se lo restriegan a los demás sin ningún tipo de rubor.
Todavía estamos esperando que el presidente se atreva a gobernar y mande para su casa a funcionarios como esta, de lo contrario son todos cuñas del mismo palo.