La política es uno de los deportes preferidos de los panameños y desde ya hay pitonisos y envidiosos preguntándose si el 2024 será el turno de los independientes, ya sea con o sin agrupaciones políticas nuevas.
No se sabe, pero es un hecho probado que los partidos tradicionales están desgastados, no tienen credibilidad y en tiempos de redes sociales no saben cómo llegarles a los panameños más jóvenes que no están anclados a ninguna ideología, ya sea torrijista o panameñista. Eso es cosa del pasado.
Por ello, todo parece indicar que en un país joven como este hay espacio para nuevos partidos, movimientos y liderazgos que no estén atados a nada y a nadie, sino con el propósito genuino de tener un mejor Panamá, donde imperen la justicia y la honestidad.
Suena quijotesco, pero llegó el momento de que los que tienen valores se tiren al ruedo y decidan transformar este país porque, de lo contrario, los Gaby, Pineda, Zulay, Crispiano, Bolota y Benicio, entre otros, son los que seguirán representándonos y tomando decisiones trascendentales y el presente y el futuro de este pequeño pero hermoso país no se lo merece. ¡Panamá es más que sátrapas!