Una vez más, y de acuerdo con denuncias de residentes y pescadores del área de Taboga, se habría dado un derrame de hidrocarburos en las aguas que rodean esta turística isla del pacífico panameño.
De confirmarse, sería el segundo incidente de este tipo en las últimas semanas y muy seguramente, como ocurrió la vez anterior, los responsables no asumirán las consecuencias por esta grave afectación al medio ambiente.
Si sumamos estos hechos a lo ocurrido en el río Pifá, en el sector donde opera Minera Panamá, entre las provincias de Coclé y Colón, queda corroborada la incapacidad técnica del país para dar seguimiento al cumplimiento de las normas ambientales.
En tiempos en que la protección del medio ambiente ha dejado de ser un eslogan para convertirse en políticas de los Estados del mundo, el país debe darle prioridad al tema de la supervisión, control y fiscalización ambiental, tanto a las obras en curso como a las distintas actividades diarias que tengan incidencia en nuestro entorno.



