Una de las tantas lecciones que debiera dejarnos la pandemia es que los panameños debemos escoger mejor a quienes nos han de gobernar y resolver los múltiples y complejos problemas estructurales del país.
Eso sí, sin meter la mano ni acumular riquezas a costa del erario.
Esa visión de buenos gobernantes no es la que precisamente nos ofrecen nuestros actuales políticos, que en los últimos días nos han sorprendido con un nuevo pacto de impunidad.
Sí, esa alianza interpartidaria que buscar procurar protección para unos nefastos personajes reclamados por la justicia local e internacional, que se resisten a hacerle frente a unos procesos que se originaron por su avaricia y sed de más poder.
Más lamentable es que esta última movida política expones los auténticos intereses de quienes deberían estar trabajando en iniciativas que procuren un mejor bienestar para la población, tan afectada en esta coyuntura de pandemia.



