Aunque la situación está difícil para mucha gente, recordemos que este es un tiempo de dar. Pero este tiempo de dar, no significa jugar con el dolor de la gente ni aprovecharse de las necesidades ajenas. El dar debe ser genuino, con respeto y justicia social. Por eso comparto con ustedes unos de mis poemas /reflexiones sobre el particular.
La solidaridad humana es aquella que no recordamos ni se echa en cara.
Caridad la llaman unos, pero es desprenderse de lo material en forma clara.
Efímero dinero de vanidad perniciosa y cobarde.
Es digna de castigo porque es mala y como el fuego arde.
Prefiero desprenderme de lo mío, que con esfuerzo he conseguido.
Prefiero la sonrisa de un desconocido que con pena y rubor me ha pedido.
El buen gesto no está en grandes causas, los cercanos cuentan.
Miro a mi derecha y a mi izquierda. Los sufrimientos están ahí que revientan.
Hago el bien y no me importa hacerlo. Quiero estar en paz con Dios.
Sujeto de mis oraciones, objeto de mis convicciones, hasta decir adiós.
Pragmatismo de un gesto bello, positivo y mucho más que sincero.
No me importan las críticas, simplemente lo hago porque quiero.
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A mis lectores
Amigos, me disculpo porque la semana pasada no se pudo subir temprano mi escrito.
Consideraciones del autor
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos. Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.