Todavía recuerdo las palabras del expresidente Bush, condenando el asalto al Capitolio por parte de los seguidores de Trump. En ese momento, el expresidente Bush relacionaba el asalto con la expresión República Bananera.
República Bananera es un término despectivo y negativo para señalar a aquellos países que están atrasados en libertades democráticas, corrupción y sobornos de expresas extranjeras. En realidad, me sentí ofendido con ese término, porque si bien es cierto, es como las grandes potencias nos miran, no es una representación de la mayoría de los ciudadanos de un país. Pero si me voy con el estricto calificativo de la frase, sale a relucir los escándalos de Odebrecht, las negociaciones con PPC, las negociaciones con la minera, la contratación del Estado con empresas corruptas. Eso en cuanto al plano internacional, pero que podemos decir entonces de las vacunaciones clandestinas, las VIP, las empresas de hisopados familiares amarradas a normativas de salud llámese en Amador o el aeropuerto, los privilegios de algunos en detrimentos de otros avalados por la autoridades.
Parecemos un disco rayado recordando estas cosas. Hemos reprobado la materia “Salvemos a nuestro país”. Hemos visto gobierno tras gobierno, mentiroso tras mentiroso, ladrón tras ladrón y nos pasamos discutiendo quién robo más. Lo que si debemos tener claro es que los mismos que nos robaron en tiempos de dictadura, son los mismos que nos están robando ahora. Pero no es solo del gobierno, no pueden pasar agachados civiles y empresarios que se han prestado para corromper, coludir y seguir dejando que nuestro país sea una República Bananera. Por eso, tenemos que protestar, exigir, repudiar, denunciar, escoger bien a quienes nos representen.
Las altas autoridades se “sorprenden”, si entre comillas” cuando se descubre un escándalo. Se hacen los ofendidos y los ignorantes de lo denunciado. En ese momento me viene la mente las escenas de Homero Simpson pensando y viendo como su cerebro se le sale por la oreja. Eso es lo que yo pienso cuando nos mienten y nos quieren adoctrinar que lo que pasa no tiene la menor importancia.
Solamente quiero recordar la siguiente expresión: “Eliminar la quinta frontera…”.
Bueno, como van las cosas, este país ya tiene un polígono de fronteras y no necesariamente son las geográficas, sino las fronteras de todos los que le hemos regalado el país para el enriquecimiento de algunos pocos.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
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