Patria es el recuerdo que tengo de mi bisabuela. Aquella que fue la abuela de mi madre y madre de mi abuela y que le gustaba fumar tabaco con la candela pa’dentro.
Son los cuentos del Cuco y los mitos que nos infunden respeto sobre la sobriedad y solemnidad de la Semana Santa.
Patria, son las tradiciones de los pueblos y los senderos que nos llevan a los ríos donde en cueros de chiquillo se bañaba la gallada de familiares.
Es el asado de la pepita de marañón en una hoja vieja de zinc y el concolón del arroz hecho en leña. El de la chicha de maíz nacido y el del vino de palma.
Patria, es el sudor de aquel que carga el motete y aquel que trabaja la tierra de cara al sol para no morirse de hambre.
Es el terruño que le dejó su padre, es el guarumo que ya no existe y el árbol de Pomarosa que sus nietos jamás conocerán
La Patria no es una celebración de días. Es la ocasión que nos reunimos porque nació mi nieta. Es la vez que regresamos al pueblo porque se murió la última tía abuela allá en El Cañafístulo.
Son esos caminos de tierra, vía donde la gente de Barrio Unido lucha por tener una comunidad productiva sin estar pendiente a la caridad.
Patria, es el sentir intenso y alegrías, de los triunfos de los amigos y las tristezas compartidas. Es aquello que esperamos y que no llega, porque estamos sentados y no lo buscamos.
Es el rotundo silencio, y aguantar callado, los embates que nos da la vida cuando luchamos por la familia. Es el dolor agudo cuando recibes ese golpe más de una vez y lo sigues intentando.
La patria, no es todo lo bonito que deseamos. Es todo el esfuerzo que ponemos en lo que queremos para nosotros y para el país.
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.