Ya lo he dicho anteriormente. No soy el fans #1 de Rubén Blades, pero respeto el trabajo que hace. La producción musical que más me gusta, es el álbum Metiendo Mano de 1977. Siento que el día de hoy, cobra más vigencia respecto a lo que está sucediendo en nuestro país. Voy a tomarme la libertad con los nombres de los temas de este álbum, para retratar algunas de las cosas, que considero, podemos mejorar y atacar para avanzar como país. Rubén ha hecho una serie de observaciones directas, que muchos no nos hemos atrevido a hacer de manera pública. Sin embargo, quiero verlo desde el punto de vista de recobrar nuestro país.
¿Somos Pablo Pueblo?
Aunque en nuestro país para 1977, todavía estábamos bajo el régimen dictatorial, aparte de las elecciones el avance de credibilidad política es poco. El Pueblo todavía sigue esperanzado a los políticos. Pero los políticos están esperanzados en aprovecharse de la ignorancia de nuestro pueblo. A estas alturas del combate, no deberíamos tener problemas de agua, nuestro sistema educativo tendría que estar a un mejor nivel, nuestro sistema de salud debería ser envidiable. “El Pueblo va entrar a la Zona del Canal..” decían. Basta ver como la repartición de sus áreas siguen estando diferenciadas. Veamos, Clayton y Albrook vs Pedro Miguel y Gamboa. Ahora andan unos diciendo que “el pueblo debe estar en Junta Directiva de la ACP”. Aunque coincido en que esa Junta Directiva ha estado llena de rabiblancos, políticos afines al mandatario de turno y hasta de vergüenza, con la designación y ratificación de algunos miembros, ¿cuál es ese Pueblo del que hablan? . ¿Están hablando del estudiante más antiguo de este país? ¿Están hablando de aquellos que fueron complacientes con la dictadura? ¿Están hablando de aquellos que se la pasaron pidiendo soberanía, pero que aprovecharon cada nombramiento en el gobierno militar? (cuando escribí este artículo, no habían designado a nadie). Desde el nacionalismo hasta jugar con el dolor ajeno, se han aprovechado todos los gobiernos. Ahora le llaman “agenda social”, pero yo le llamo Jodiendo al Pueblo con una bolsa de comida. Si, la mayoría de nuestra gente se gana la vida honradamente. Los pocos que nos roban descaradamente, que se llaman líderes, no representan al pueblo. Todo lo contrario, mantienen al pueblo en una dependencia de supuestas ayudas sociales, que no son más que disfraces políticos para estar donde está el dinero.
Diferentes colores
Dicen que todo depende del cristal con que se mire. ¿Cuál cristal es ese? Es cierto que todos tenemos nuestra visión de país. Algunos piensan que otros se pueden robar el país si no me afecta. Algunos piensan que otros se pueden robar los fondos de la descentralización, si a la barriada donde viven le hacen una vereda. Algunos piensan que otros pueden truncar los sueños de gente preparada, si le nombran a su hijo/hija en un ministerio. Esa diferencia de colores, es la que nos hace estar en la oscuridad de la opresión política y de pobreza.
Insisto, esos maleantes son los menos. Nuestra población, con todo el derecho que tiene, está fraccionada en partidos políticos, en independientes que no queremos nos relacionen con ninguna bandera politiquera y por aquellos que no les importa quien esté gobernando, siempre y cuando la caja registradora se abra y se cierre continuamente. Desde mi perspectiva, todos tienen derecho a ver el país como mejor les parezca, pero el cristal, la visión o los anteojos con que se mire nuestro futuro como nación, deben ser únicos, aunque haya diferentes caminos para lograr ese objetivo: Tiene que ser una acción conjunta, que aparte a los ladrones y corruptos, y que nos garantice una participación en igualdad de condiciones. Yo lo veo de ese color.
¿Cuál maleta hay que llenar?
A diferencia de hacer las maletas para regresar al país, aquí lo que tenemos es gente llenando la maleta. Insisto, son los pocos. Vemos como se agranda el circo vicioso. Sí, escribí circo y no círculo. Lamentablemente este circo nace en los órganos de poder. Desde la creación de leyes a la medida de los patrones de las conciencias de los honorables, las magistraturas pasivas y cómplices de aquellos, que en teoría, deberían hacer gala de la distinción del cargo, que debe ver al ciudadano como igual y defensor de la interpretación de la ley en estricto derecho,
y de la mirada pasiva, clientelista y complaciente de un Ejecutivo. Hoy, esa tríada vergonzosa sale a la calle a decirnos que le debemos agradecer que ellos tengan altos salarios y privilegios, por comprar vacunas, por hacer la ley de la uña quebrada, por dejarse chantajear y lo más triste, por no hacer nada que de verdad impacte en la vida de los panameños. En este último punto miento. Si están haciendo algo que nos va impactar, y es la enorme deuda pública que tenemos y que junto a la deuda pasiva y activa de asunto del Programa IVM, ya no será una papa caliente, sino una papa explosiva. No habrá jamón ni bolsa de comida que aguante eso. Hoy, dicen algunos, no nos afecta. El día que nos toque ese dolor, los que llenaron sus maletas, estarán fresquitos porque lo más seguro es que sus casos ya hayan prescrito. Nuevamente se convocarán mesas de trabajo, comisiones de alto nivel, diálogos, concertaciones, etc. La maleta de la mayoría de ciudadanos de este país, será como una en tránsito. Saliendo a trabajar por lo suyo, como debe ser. Cada cinco años, llegarán los hombres y mujeres de los maletines, haciendo canchas sintéticas en los estacionamientos, pintando el logo de personas con discapacidad en veredas viejas y sin el desnivel apropiado para los afectados, “caminando” por las veredas de Cerro Batea, Samaria, Paraíso,
Villa Guadalupe, etc rozándose con la gente, en una empatía falsa. Diciendo falsamente a los moradores que ellos son de pueblo, abrazando niños y ancianos, regalando juguetes con los dineros del Estado. También habrá ciudadanos haciendo fila desde la noche anterior porque van a repartir jamón diciendo “este man por lo menos da algo”. ¿Dónde quedó la descentralización entonces? , si las vistas de los noticieros son evidentes y contundentes. Aunque no lo dicen, pero las escenas dan la impresión de que la maleta de la dignidad humana está vacía. A diferencia de la trama kafkiana de El Proceso, nosotros acá, sabemos que es lo que hacen y además, sabemos quiénes son eso que llenan sus maletas. Si eso es así, es hora de pararlos.
Consideraciones del autor
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito… y gratis.