Les explicaba a unos amigos, que era importante enterarse del porqué de las cosas. Que las celebraciones no solo eran importantes porque en algunos casos nos dan el día libre, sino por las esencia de esas celebraciones. Y no solo por las celebraciones con días libres, también las conmemoraciones que marcaron un hito para una conquista, una rectificación, un hecho personal que recordar, etc. Todo esto se dio en el marco de las celebraciones de la Etnia Negra.
Los panameños no podemos ser testigos inertes, ni pasivos de nuestra historia. Hemos perdido, y no nos hemos dado cuenta, parte de nuestra herencia cultural. Y ni hablar de las frutas que están desapareciendo, como el marañón de pepita. Quizás para algunos eso no importa, porque la Pitahaya es más sabrosa. Estos temas parecerán tan fútiles para algunos, pero hay que aterrizarlos con nuestras experiencias históricas. Muchas de esas experiencias están desapareciendo porque la basura se las está comiendo. Por ejemplo. Tengo mucho tiempo que no voy a Portobelo, pero al área de los cañones, parecía más un tiradero de vasos y platos que un sitio que deberíamos cuidar. Reseñaba la importancia de las Encomiendas y los Repartimientos en la época de la colonia española. En estos, se repartían tierras y mano de obra indígena, solapa malsana, diciendo que no eran propietarios de los nativos, pero los explotaban hasta que se murieran.
Pensarán mis lectores. ¿Qué bicho le picó a este? Hablando de vainas que ya no existen. Y por ahí quiero seguir. Las cosas que hoy no existen, no quiere decir que no existieron. La memoria corta de los pueblos, nos lleva a perder nuestra identidad, y a aceptar lo que otros dicen como cierto o válido. Esa es una corriente que los gatopardistas usan para mantenernos mareados, para no cambiar el status quo. Conveniente para ellos y su estructura truculenta. Ahora entiendo la razón del poeta Bocatoreño Tristán Solarte, que insistía tanto en su columna En Pocas Palabras, que todo era un batiburrillo. El poeta se fue. Hizo lo que pudo y ahora, nosotros debemos hacer nuestra parte. No importa si las cosas parecen insignificantes, hay que enterarse de lo que pasa en nuestras casas, comunidades, escuelas y lo que pasa en el país. Nos estamos quedando corto de conciencia ciudadana. Otros deciden por nosotros para su conveniencia. Ese grupito que siempre tiene algo que decir para su beneficio. No olvidemos que los decentes somos la mayoría, y eso hay que hacerlo respetar.
Consideraciones del autor
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito…