En estos tiempos, es muy difícil conseguir un empleo. Cuando lo consigues, también es difícil ser personal nuevo en la empresa. Mucho de esto último, va depender de la cultura de la empresa (no estoy hablando de sombreros y polleras), estoy hablado de las políticas, procesos y procedimientos que van desde el reclutamiento a la selección y contratación.
Aquí entran lo que llamamos competencias laborales y que al final derivan en las habilidades del empleo. Las competencias laborales, en un lenguaje sencillo, no es más, que usted pueda demostrar realmente que puede realizar una actividad o trabajo asignado de manera exitosa. Más allá de una ayuda o palanca para conseguir un empleo, debe estar capacitado para ejercerlo. En este punto es donde se diferencian las empresas y/o entidades serias.
Para esto, influye mucho lo que en Recursos Humanos llamamos Habilidades Duras y las Habilidades Blandas. Las primeras, están relacionadas a un entrenamiento formal (Universidades, capacitaciones, seminarios), pero que tengan un objetivo trazado de formar. Las blandas son aquellas destrezas que no podemos tocar, pero que hay que tener para poder interactuar de una manera efectiva con las personas. Estos dos tipos de habilidades, generalmente se tratan de resumir en competencias genéricas y específicas para ser usadas en las evaluaciones del desempeño, sobre todo las específicas, ya que son medibles, permanentes, pueden aportar, buscan un logro y muchas veces pueden ser multidimensionales. Dependerá que la administración estratégica de la empresa, como las quiera relacionar
La interacción de personas de por si es complicada, para referirme a las habilidades blandas. Aquí aplica el dicho “cada cabeza es un mundo”. Estas habilidades están relacionadas con la Inteligencia emocional y generalmente nos diferencias como personas y como profesionales. En este punto, hay que cuidar mucho nuestro autoliderazgo, la comunicación, los conflictos, el trabajo en equipo, la mejora continua y el cambio, pero también hay que producir.
El flujo de nuestras actividades, responsabilidades y emociones, no sirven de nada si no se le añade valor. Para la mayoría, ese valor, debe ser el conocimiento.
Tenemos que levantar las voces de protesta, denunciar, participar, deplorar, repudiar y todos aquellos verbos que puedan manifestar nuestro total rechazo a los que esté malo.
Agradezco a mis lectores y amigos por sus comentarios a mis escritos.
Gracias por leer mis aportes en este blog. Recuerda: El conocimiento es infinito…y gratis.